La Mujer Medial: Aprender a Ser Tú Misma en Todas Tus Facetas

En mi camino espiritual y de crecimiento personal, he aprendido algo profundo: ser una mujer medial significa aceptar cada una de nuestras facetas, reconocer a cada una y vivirlas en equilibrio. Es comprender que en nosotras habitan arquetipos antiguos, que a veces chocan, pero que siempre están ahí para enseñarnos algo importante.

Por ejemplo, está la Guerrera, la que surge con fuerza cuando sentimos enojo, la que quiere defenderse de cualquier injusticia. ¿Quién no ha sentido ese fuego que nos dice “no te dejes”? Pero al mismo tiempo, tenemos que recordarnos a bajar la guardia, a no dejarnos llevar completamente por esa fuerza. Nos convertimos en la Buena, la que trata de soportarlo todo, como si nuestro valor radicara solo en la paz y en la paciencia. Nos han enseñado a ser «mujeres buenas», viendo en nuestras antepasadas la sumisión como algo natural, como una vía de aceptación en la sociedad.

Sin embargo, también vibra en nosotras esa Afrodita libre y sensual, la que disfruta de mover las caderas, de sentir, de liberar su cuerpo. Afrodita nos invita a soltarnos, a dejar que nuestros órganos rían, a disfrutar sin culpa. Y, junto a ella, está la Mujer Salvaje, la que no se contiene, la que puede ser auténtica sin miedo al qué dirán, la que nada con el cabello suelto, aunque eso despierte miradas curiosas o críticas.

A lo largo de mi vida, he sentido en diferentes momentos la energía de cada uno de estos arquetipos. Clarissa Pinkola Estés y otras maestras nos hablan de estos aspectos en sus escritos, y he encontrado en ellos una sabiduría profunda. Pero más allá de entenderlos, los estoy experimentando desde un lugar más auténtico y amoroso hacia mí misma.

La clave, he descubierto, es dejar de juzgarnos. Si sentimos que queremos defendernos, si en algún momento queremos ser solo la Buena, o si un día surge en nosotras la Afrodita sensual o la Salvaje sin miedo, no tenemos que negarlas. Son todas expresiones de nuestra energía femenina, partes que nos enriquecen. Ser una mujer medial significa permitirnos vivir en todas nuestras facetas, abrazar a todas las mujeres que habitan en nosotras.

Al final, nuestro camino es el de la autenticidad, el de amar y comprender cada arquetipo que surge en nuestra vida. Porque todas, en algún momento, somos la Guerrera, la Madre, la Amante, la Salvaje. Y eso es lo que nos hace completa.